El corazón que es capaz de ver más allá

Con el tiempo vuelves a recordar que todo es perfecto tal cual es, con los errores y todo. Que todo es parte del plan, las puestas de sol, los árboles brillar, las emociones sin escuchar, el caos mundial, la polaridad y la división por autoridad.

Porque recuerdas que Dios está en todo, lo puedes percibir en lo más profundo de todo, no necesitas ir a una iglesia, pertenecer a un culto, o seguir al pie de la letra lo que en un libro esté escrito, porque tu corazón conoce la verdad universal; todo es Dios, yo soy Dios, todo es amor, yo soy amor.

El corazón que ha despertado puede ver con mucha más claridad y facilidad, que todo lo que lo rodea a su alrededor es parte del todo y puede discernir con facilidad lo verdadero de lo falso. Puede escuchar con más facilidad su verdadero latir, que es el mismo de Dios, y guiarse a través de él para encaminar su propio camino, su propia aventura, su propia experiencia.

Siempre respetando y amando a quienes han tomado también sus propios caminos. Pero honrando su verdad más preciada, el ser uno mismo.

Estoy aquí porque seguí a mi intuición, le hice caso a mi corazón, ya aprendí la lección, ahora viene la recompensa.

He saltado al vacío más alto hasta el momento y confío plenamente en que seré atrapada por una red invisible que me sostiene.

El amor me trajo aquí.